Una buena constructora nunca subestimará la importancia de tener un tinaco y/o una cisterna de calidad en la obra. Es esa parte típica que quizás no dará problemas muy seguido pero que cuando lo hace te hace quedar muy mal.
De todas formas, existen tres pasos muy sencillos que puedes seguir para asegurarte que el tinaco y la cisterna que instalaron es de máxima calidad:
1. Siempre revisa la ficha técnica del tinaco para asegurar que los procesos y las condiciones de instalación son las óptimas, así como entender las reglas de mantenimiento que se deben seguir en el futuro. En el caso de la cisterna, hay que revisar el plano de construcción para estar seguros que el diseño estructural está bien hecho.
2. Tanto en la cisterna como en el tinaco, es de vital importancia que todo quede sellado y la estructura sea completamente hermética. Para asegurarte que esto sea así, supervisa el procedimiento constructivo, checa que todo esté bien puesto y las entradas y salidas estén perfectamente selladas. También hay que revisar que la cisterna no esté aguantando mucho peso por estar bajo tierra.
3. El último paso es un control de calidad básico y simple: llena el recipiente y revisa si el nivel del agua disminuye. Si baja significa que no está bien sellada la estructura y hay que hacerla nuevamente o traer otra.
Lo más importante, además del producto en sí mismo, es garantizar que el proveedor se comporte de la forma que tú necesites: con calidad, servicio y tiempos de entrega impecables. Un buen proveedor hará todo mucho –muchísimo- más sencillo.